¿COMO GESTIONAR LOS CONFLICTOS EN EL TRABAJO?

De vez en cuando todos nos enfrentamos a conflictos, retos y altibajos.

 

En mi vida hubo momentos en los que me sentí intimidada en ambientes laborales conflictivos, y me costó transmitir mis ideas porque temía que pudieran crear aún más conflicto. Esto supuso un gran obstáculo en el progreso de mi carrera. Afortunadamente, me convertí en una mejor comunicadora cuando comprendí que esto no sólo afectaba a mi carrera, sino también a mi salud y mis relaciones.

 

Decidí profundizar en mi investigación sobre este tema y encontré muchos sinónimos de la palabra confrontación: palabras como antipatía, desacuerdo, pelea y lucha. Seleccioné la palabra lucha porque me pareció que esta palabra se acercaba más a lo que se siente en una confrontación.

 

A menudo me gusta utilizar el idioma hebreo, ya que me proporciona un significado más profundo de determinadas palabras. La traducción de la palabra lucha en hebreo es lechen y significa destrucción, devorar o comer. Me sorprendieron los resultados porque evitar las confrontaciones puede ser destructivo y se siente como una batalla espiritual. Se sabe que comerse nuestras opiniones y sentimientos puede conducir a un estrés emocional y ser destructivo para nuestra salud. De hecho, cuando tengo un problema que no puedo resolver, siento que se agotan mis fuerzas y me cuesta concentrarme.

 

Una investigación científica realizada por la Universidad de Cambridge ha demostrado que el cerebro puede "comerse" a sí mismo. "Comer nuestros sentimientos" puede cambiar sus microestructuras. Por eso, ignorar nuestros sentimientos y opiniones es perjudicial para nuestra salud. Las imágenes de los experimentos realizados con ratas han mostrado cómo este proceso puede comer neuronas y sinapsis. Entonces, ¿por qué hablo de neurociencia en un blog de confrontación?

 

Porque entender nuestra psicología puede aumentar nuestro potencial de productividad. No expresar nuestras opiniones provoca frustración y estrés emocional. Sé por experiencia personal que a veces puede ser difícil identificar con precisión nuestras emociones. Las epifanías pueden tardar en procesarse e integrarse plenamente. Encontrar la confianza y la seguridad psicológica para colaborar eficazmente requiere madurez. Por eso podemos tener problemas con colegas que se mueven más por la competencia que por la colaboración y el trabajo en equipo.

 

Hace tres años, trabajaba como ayudante de profesor y tenía que resolver una cuestión relacionada con las normas de comportamiento del aula con el profesor jefe. Trabajar con niños tiene sus retos. Encontrar el tiempo y la privacidad que nos convenía a ambos no era fácil. Quería confrontarla porque no quería suponer que ella tenía conocimientos o información que podría haber puesto en peligro mi trabajo, mi promoción y mi carrera. Después de arreglar nuestros horarios, finalmente nos pusimos de acuerdo en una hora que nos convenía a los dos.

 

Lo que encontramos después de nuestra conversación nos sorprendió a ambos. Entendimos que lo que significaba la colaboración para mí era diferente de lo que significaba para ella.

 

Por ejemplo, para mí la colaboración significaba compartir información por adelantado para poder gestionar y programar mi tiempo para mis próximos proyectos. La colaboración también significaba para mí que se me pidiera mi opinión en nuestras reuniones.

 

Su concepto de colaboración era diferente. Su colaboración significaba preguntarle a ella primero sobre todo. No sentía la necesidad de compartir información si no se le pedía. Esta experiencia me enseñó que la gente puede tener diferentes significados para la misma palabra. Esto se debe a que las personas tienen diferentes percepciones de lo que es importante para ellas.

 

Tal vez la próxima vez que experimentes un conflicto podrías empezar preguntando: ¿podrías compartir conmigo lo que significa para ti la colaboración?

 

"Reunirse es un comienzo; mantenerse juntos es un progreso; trabajar juntos es un éxito". - Henry Ford

 

Otra cosa que me ayudó a abordar los enfrentamientos de una manera diferente fue entender la teoría de la Cohesión Relacional.  Esta teoría enseña que el conflicto surge cuando hay una desigualdad de poder. Esta teoría dice que las relaciones se desarrollan cuando hay una percepción positiva de intercambio, y esto suele determinar lo estable que será la relación.

 

Por ejemplo, los empleados intercambian trabajo por salario, los clientes intercambian dinero por servicios, los compañeros de trabajo intercambian consejos e información y las parejas intercambian apoyo emocional. Los problemas más comunes en las relaciones pueden provenir de la desigualdad. Sin embargo, la igualdad de poder no significa igualdad todo el tiempo, sino que hay momentos en los que es necesario llegar a un acuerdo.

 

Cuando surjan los problemas, pregúntate:

 

¿Qué he hecho que te ha molestado?

 

¿Cómo he contribuido a este problema?

 

¿Por qué me siento ansioso o incómodo contigo?

 

En las negociaciones puedes preguntarte

 

¿Prefiero mantener mi posición que ceder?

 

¿Prefiero guardarme mi opinión en lugar de discrepar abiertamente?

 

¿QUÉ MÁS PUEDE AYUDARNOS A GESTIONAR LOS CONFLICTOS EN EL TRABAJO?

Ver el aspecto positivo del conflicto

 

El conflicto puede, en efecto, potenciar la mejora organizativa porque donde no hay conflicto no hay cambio, y el cambio es el combustible de las nuevas ideas. El Dr. Kenneth W. Thomas y el Dr. Ralph H. Kilmann, expertos en dinámica organizativa, afirman que hay 5 formas de gestionar los conflictos en las organizaciones:

 

Competir - Es un modo asertivo y no cooperativo que alguien puede perseguir para satisfacer sus propias preocupaciones a expensas de la otra persona. Es un modo orientado al poder en el que se utiliza cualquier poder que parezca apropiado para ganar la propia posición, como la capacidad de argumentar, el rango o las sanciones económicas. Competir es esencialmente defender tu postura o posición que crees correcta, o simplemente intentar ganar. No deberíamos utilizar este estilo dentro de la organización, pero sí podríamos utilizarlo con otras empresas externas, como cuando luchamos por ganar un cliente.

Acomodar - es una forma poco asertiva y cooperativa que es todo lo contrario a competir. Al acomodar, la persona deja de lado sus propias preocupaciones para satisfacer las de la otra persona. Esto crea un momento de autosacrificio. La acomodación puede adoptar la forma de generosidad desinteresada o caridad, o incluso obedecer la orden de otra persona cuando no se quiere, o guardarse los propios pensamientos y opiniones para evitar el conflicto. Puedes utilizar la acomodación cuando no te importa el resultado. Por ejemplo, negociar con tu jefe sobre dónde ir a comer.

Evitar - es una forma poco asertiva y poco cooperativa que crea un nuevo conflicto porque tanto tú como la otra persona se evitan mutuamente. Ninguna de las partes expresa sus propias preocupaciones. Podemos utilizar este estilo cuando queremos retrasar una situación. La evasión puede consistir en eludir diplomáticamente un asunto, posponerlo hasta un momento mejor. Por ejemplo, cuando se quiere hablar con un subordinado sobre sus hábitos en las redes sociales dentro del lugar de trabajo.

Colaborar: es una forma asertiva y cooperativa y lo contrario de evitar. Es más bien una situación en la que ambas partes salen ganando. Colaborar implica un plan en el que se trabaja con otros para llegar a una solución que satisfaga plenamente las preocupaciones de ambas partes. Significa satisfacer tanto las necesidades como los deseos de ambos individuos. La colaboración entre dos personas puede consistir en explorar un desacuerdo para aprender de las ideas del otro o en tratar de encontrar una solución creativa.

Comprometerse - es una forma moderada tanto de asertividad como de cooperación. El objetivo es encontrar alguna solución aceptable que satisfaga parcialmente a ambas partes. Se cede un poco porque no importa tanto el resultado. En un compromiso, ambas personas están igualmente satisfechas.  Algunas situaciones justifican una solución rápida en la que ambos individuos pueden encontrarse a mitad de camino.

Hoy en día nuestras comunicaciones son quizá más difíciles porque interactuamos con equipos, clientes y familias de forma virtual. Siempre surgirán choques de personalidad, perspectivas diferentes y conflictos. Si ves que alguien te molesta en tu lugar de trabajo, intenta centrarte en sus puntos fuertes. Otras formas de afrontar los conflictos en el lugar de trabajo es conociéndonos mejor a nosotros mismos (de eso hablo en otro blog) y recordando la regla de oro de la comunicación asertiva: "haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti".

 

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